Del libro " El efecto Mozart" de Don Campbell, extraigo un párrafo en el cual se hace mención a la propiedad del sonido de ser percibido por nuestro cuerpo entero, no tan solo con el oído.
OIR CON EL CUERPO
" No es necesario oír para escuchar. Varios de los más fabulosos oyentes y músicos de la historia han sido sordos. Aunque no podían oír con los oídos, eran capaces de percibir las configuraciones rítmicas en las vibraciones que sentían en las manos, huesos u otras partes del cuerpo. Hellen Keller, la gran educadora, era ciega y sorda, y aprendió a oír con las manos".
Menciona también a Evelyn Glennie, percusionista escocesa contemporánea, quien aprendió música abrazando un altavoz estereofónico o poniéndose un reproductor de cassettes en la falda, afina el tímpano (instrumento) sintiendo las vibraciones en la cara y en los pies.
Con su forma de percibir y poder ejecutar música ha demostrado que se puede escuchar de manera más completa, utilizando todos los sentidos y nuestro cuerpo. Ella expresa : " tengo una sensación conjunta del sonido percibida por muchas fuentes, mientras que las personas que oyen sólo dependen de los oídos"
Se sabe también de muchos compositores y músicos que tenían problemas auditivos y sin embargo eran buenos compositores y músicos, tales como Beethoven, Brian Wilson, Smetana.
A través de distintas experiencias vividas con personas sordas o con capacidad de audición reducidas pero que han logrado aprender y estudiar música se corrobora este fenómeno.
En la Terapia de Sonidos también se puede apreciar cómo el sonido envuelve no solo a través del oído sino de sentir vibraciones en cada célula, órgano y sistema del cuerpo, sin olvidar que energéticamente actúa sobre los campos más sutiles.
Graciela Sutta
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